Kashmir — Symphonic Led Zeppelin (1997)

Juan Jorge Uzcátegui
6 min readOct 4, 2018

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La sabiduría pretendida por todos reposa iluminada sobre una torre de libros, que se eleva por encima de las nubes aún con un libro abierto sobre su regazo. Esa dama iluminada que ilustra la portada de este extraordinario álbum sinfónico que rinde tributo a la música de Led Zeppelin, es una evidente referencia a la canción “Stairway To Heaven” aunque el álbum lleve por título “Kashmir” otra de sus melodías esenciales.

Se suele atribuir al director de la orquesta un álbum de música académica, en este caso sería Peter Scholes que dirige a la Orquesta Filarmónica de Londres. Sin embargo es Jaz Coleman el rockero también conocido como The Black Jester cantante de la banda Killing Joke, cursó estudios académicos formales sobre las técnicas musicales que le permiten hacer estos arreglos sinfónicos y la transcripción de las partituras de la música de Led Zeppelin seleccionada para este álbum. Es también productor del álbum junto al bajista de Killing Joke Martin Glover, que aparece con su seudónimo Youth, reconocido como productor de músicos como Paul McCartney o bandas como U2.

Este álbum venía precedido por el éxito de “Us and Them — The London Philharmonic Orchestra Plays The Music Of Pink Floyd” (1995), donde el mismo grupo de músicos sorprendieron captando la atención de la audiencia y de la crítica especializada con su primer tributo sinfónico, la mayor parte estuvo a favor de poder confirmar el logro de Jaz Coleman.

El protagonista de este álbum no es The Black Jester, es Jaz (Jeremy) Coleman sus conocimientos y experiencias en todos los temas que forman parte de la música de Led Zeppelin, le permitieron seleccionar todos los elementos necesarios para desarrollar un tributo sincero y significativo. Este músico de origen inglés y de ascendencia oriental. No sólo conoce la música, también a sus creadores y sus influencias, lo cual se nota en la precisión de cada detalle.

Desde la orquestación árabe, que se agrega a la orquesta filarmónica en las primeras tres pistas de este álbum, comenzando por la introducción “Dawn At The Great Pyramid” que incluye también sonidos incidentales situándonos en el Cairo (Egipto). Para dar comienzo a la segunda pista y tema principal “Kashmir” del que citaré un fragmento de su letra que resulta clave para comprender hasta el orden del repertorio “Soy un viajero del tiempo y del espacio con mi origen por destino”. Culmina esta primera parte del álbum con “The Battle of Evermore” en la que se agregan gaitas irlandesas que junto a la sección de cuerdas, así como la percusión árabe, sugiere un origen mestizo, aunque originalmente esta canción es inspirada por un libro sobre las guerras escocesas, además de la mitología celta, incluye también referencias a la obra de J.R.R. Tokien “El Señor de los Anillos”. He seleccionado este fragmento de su letra “Oh, bueno, la noche es larga, las cuentas del tiempo pasan despacio. Ojos cansados al amanecer, esperando al resplandor de Oriente”.

Parte Superior de la Ilustración Central

A continuación tres pistas que pertenecen al cuarto álbum, al igual que la tercera pista, ese que también se conoce como el de los cuatro símbolos (4 Symbols). Es decir que son cuatro canciones del Led Zeppelin IV las que se incluyen de forma seguida en este tributo sinfónico.

La cuarta pista es “Stairway To Heaven” el sagrado himno celta que habla sobre aquella dama iluminada, la sabiduría que ilustra la portada de este álbum. Se me ocurre citar otro fragmento de su criptica letra “A veces todos nuestros pensamientos son dudas” y es que quizás allí está la clave. Existen muchas versiones sinfónicas de esta canción, pero Jaz Coleman dice que la suya es: “La Madre de todas las Escaleras”. Creo que lo es y se puede consultar un artículo publicado en Billboard el 4 de septiembre de 1999 que se titula “Really Classic Rock” escrito por Bradley Bambarger.

La quinta pista “When The Levee Breaks” o en español “Cuando el Dique se Rompa” inspirado en un blues de 1939 con el mismo titulo. Evoca las lágrimas y el dolor retenidos por una dura lucha que ha causado pérdidas y daños considerables. A nivel sonoro hay que destacar el tributo a John Bonham de lo que puede parecer un baterista, pero es una sección de percusión orquestal.

Para culminar con el cuarto tema del cuarto álbum, la sexta pista en orden de reproducción “Going To California” un tema que trata sobre la esperanza y la desilusión, comienzo por citar un fragmento de su letra “Estoy en una colina, en la montaña de mis sueños, diciéndome que no es tan difícil como parece”.

Parte Media de la Ilustración Central

La séptima pista “Friends” inspirada por la Suite de los Planetas de Gustav Holst, específicamente por su primer movimiento titulado Marte, en este caso el arreglo vuelve a incluir motivos orientales, sugieriendo que todo retorna en círculo a su origen. Cito un fragmento de su letra: “Resplandeciente luz, casi cegadora, negra noche aún brillando. No puedo parar, debo seguir escalando, buscando aquello que sabía”.

La octava pista “All My Love” una hermosa balada, que algunos desconocen está dedicada al fallecido hijo de cinco años de Robert Plant. Una pregunta que se formula en la letra de esta canción “¿Es este el final o sólo el comienzo?” la considero clave para conservar el significado de este viaje sin palabras, sin letras, con muchos símbolos, pero sobre todo música.

Finalmente la novena pista “Kulu Valley” es una especie de mantra electro-acústico, con motivos árabes y un bajo continuo, sonidos característicos del raga oriental. Un punto de observación panorámica del paisaje sonoro de este viaje, también es un punto de reanudación del viaje. Como la primera pista no pertenece a la obra de Led Zeppelin, pero es como el marco creado por Jaz Coleman que embellece la pintura.

Parte Inferior de la Ilusttración Central

En este sentido el trabajo de ilustración realizado por Finlay Cowan, asistido en el diseño del empaque por Storm Thorgerson, gráficos por Peter Curzon y el coloreado por Nick Stone y Jason Reddy es impresionante. Escuchar esta música instrumental sin tener acceso a la letra es una experiencia, luego se puede leer el bosquejo que incluye Jaz Coleman y los comentarios de Youth que le darán perspectivas diferentes. Pero al observar cuidadosamente todas las ilustraciones del empaque la experiencia se expandirá en la medida de su capacidad para interpretar todos los símbolos.

Lo que he relatado es apenas una pequeña ayuda, que orienta y advierte algunos detalles, pero en el bosquejo de Jaz Coleman encontrará otra información y en la ilustración central de la cual no explicaré nada, solo diré que resulta impactante con la cantidad de símbolos que si no conoce, tendrá que investigar, para poder completar la experiencia de escuchar este álbum.

Al principio se piensa que faltan canciones, pero el repertorio de este álbum fue diseñado con el detalle que un programa requiere. Este es sin duda un gran tributo a Led Zeppelin, perfecto para celebrar este mes el 50 aniversario de la banda. En sus setenta y dos minutos (72:09) encontrará mucho de lo que Page & Plant nos mostraron en los 90´s, pero que quede claro este es un verdadero tributo sinfónico a la banda, nadie canta, no hay guitarras eléctricas, ni baterías, esto realmente suena como música académica interpretada por una orquesta, no por una banda de rock con secciones de cuerdas o una orquesta de apoyo.

Conozco muchos tributos sinfónicos y este es mi favorito, ojalá algún día Jaz Coleman le haga uno a Rush mi banda favorita, que le han rendido varios y muy buenos, pero un trabajo como este es realmente un homenaje extraordinario.

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